La fibra óptica es un medio de transmisión empleado habitualmente en redes de datos compuesto por un hilo muy fino de material transparente y flexible que puede ser de vidrio extruido (sílice) o de plástico.
Puede funcionar como una guía de onda, o tubo de luz, que permite la transmisión de la luz entre los dos extremos de la fibra. Además, este tipo de cable puede ser utilizado para entregar una corriente eléctrica de bajo consumo a dispositivos eléctricos.
Las fibras ópticas se utilizan ampliamente en las comunicaciones de larga distancia ya que las señales que viajan a través de ellas apenas se ven afectadas por un ínfimo valor de pérdidas, siendo inmunes a cualquier interferencia electromagnética. Este medio es capaz de soportar mayores anchos de banda a altas velocidades de transmisión de datos que los cables de alambre convencionales. Asimismo cabe destacar que las fibras ópticas presenta una alta fiabilidad junto con una larga vida operativa.
Debido a sus extraordinarias propiedades y a la necesidad actual de intercambiar una inmensa cantidad de datos (imágenes de gran resolución, audio y vídeo de alta calidad, televisión de alta definición, etc) el uso de la fibra óptica se ha extendido como la pólvora en los últimos años. Cada vez son más los enlaces de fibra óptica que interconectan las comunicaciones de todo el planeta.